Ser Humano

 

Cuando me pregunto quién soy, la respuesta obvia es: «soy un ser humano». Pero qué significa ser un ser humano.

Bien, pues, ese ser biológico, energético, psíquico y espiritual soy yo. Cada una de estas partes que nos compone, le llamamos cuerpos. Y he aquí lo interesante, la coherencia de estos cuerpos genera bienestar. Lo que me hace preguntar, cómo lograr tal coherencia.

La coherencia está ligada con el bien ser y éste al bienestar. Todo aquello que procura nuestra salud nos da bienestar como, por ejemplo, satisfacer las necesidades de subsistencia (como aire, agua, alimentación, abrigo, ejercicio, descanso, luz, entre otros) y las necesidades del espíritu que nos ayuda a florecer como ser humano, tales como el amor, la paz, la dicha, la valoración, la cooperación, la gratitud y demás virtudes. Pero también nos da bienestar el vincularnos con personas, la fauna y la flora; ser altruista, perdonar, evolucionar y tener un propósito de vida.

Por lo que vivimos para expresarnos, experimentar, integrar y trascender.  A esto, lo relacionamos con el bien ser. Y cuando alineamos todos estos elementos, hay coherencia. De lo contrario, se genera malestar y deterioro, resonando en la no-coherencia. Y es ahí, donde nos enfermamos. Lo que me lleva a la segunda pregunta: ¿hemos logrado tal coherencia?

No, en el proceso, erramos. Hemos pasado miles de años, tratando de sobrevivir a un sistema que reprime los derechos naturales del ser, mismo que desgata y estresa. Sin embargo, podemos ir más allá del mandato sociocultural y adentrarnos a los propios impulsos: sentir, intuir, amar, hacer, decir, ver y conocer. Para ello, se requiere pausar la vida frenética y reflexionar. Con ello, ayudamos a equilibrar nuestros cuerpos, en la medida que vamos asimilando nuevos paradigmas. La vida planetaria ha estado cambiando hacia una nueva vibración, gracias a esto.

Como vemos, estamos compuestos de diversos elementos que nos conecta con nuestro entorno. Y si vamos más allá de nuestra anatomía, encontramos que como seres humanos contamos con 72 mil nadis o canales del cuerpo sutil, en los que la energía vital se mueve. Hay 114 chakras o centros de energía de los cuales 112 están dentro del cuerpo. Los chakras se encargan del equilibrio de nuestro cuerpo y mente, creando una conexión entre nuestras partes: psicológica, orgánica, espiritual y emocional. Somos una maravilla de la creación, compleja y asombrosa. Y requiere de cada uno de nosotros responsabilidad y cuidados.

En la siguiente oración Kahuna englobo a manera de cierre, un poco más a la respuesta de la pregunta quién soy, pues me parece hermosa:
“Yo soy el yo. Yo vengo del vacío hacia la luz, soy el aliento que nutre la vida, soy ese vacío, ese silencio más allá de toda conciencia; el “yo”, la identidad, el absoluto. Yo dibujo mi arcoíris a través de las aguas, la transformación de la mente en materia. Yo soy la inspiración y la expiración del aliento, la brisa intocable e invisible, el átomo indivisible de la Creación. Yo soy el yo».