El Cordero y el León

El arquetipo del león es el poder, la valentía, el corazón, el trueno.

 

En las sabanas, el rugido del león es el sonido más estremecedor. Todos los animales y humanos atienden cuando el león ruge. Infunde miedo en el corazón de los demás, cuando en realidad, su rugido es un canto de amor.

 

Aun cuando son polígamos, es la forma en como le canta a su leona. En ese momento su corazón, su ser, sólo vive por una leona. Ruge para decirle cuanto anhela su presencia y a los demás para decirles cuanto la desea, para estar solos.

 

El cordero en cambio representa la parte interna del ser. El cordero, con ese inmenso amor incondicional, es el sacrificio. Es quien entrega no sólo su vida, entrega su existencia, su alma, por la transformación, por la transmutación, porque cuando hablamos del cordero, el agua se convierte en sangre y el pan en carne.

 

Pero no sólo como lo dice la religión Judeo-cristiana, no…en alma. El amor incondicional del cordero transforma la biología, el ADN.

 

Los versos van descendiendo en número de líneas, del siete al uno. El siete simboliza la perfección de Dios y el uno, el individuo, pero en unidad consigo, es el sentido del «yo».

 

El poema “el cordero y el león” me llevó a una hermosa conjunción de seres, de espíritus, de actitudes, de almas.

 

Leo Heart