El estar cerca de la naturaleza nos da energía positiva, paz interior y tranquilidad. Como seres humanos sólo podemos vivir felices con la naturaleza, no contra ella. En este espacio de reflexión el tema es sobre la naturaleza.
Hacer jardinería, caminar descalzo en la playa, abrazar un árbol, tomar un baño de sol por las mañanas o descansar en la naturaleza nos carga de energía, ya que los árboles hacen el vínculo entre la tierra y el cielo. Por lo tanto, necesitamos estar más en contacto con ella.
Si fluimos en armonía con la naturaleza, el amor crece, madura y se vuelve más integrado. Y la maduración del amor es el mayor don de la vida. Conocer una forma madura de amor es conocer a Dios, pues aporta alegría, libertad y bendiciones.
Cuando estés en el bosque, en el campo o en el mar, respira profundamente, para llenarte de la energía que te rodea. Ese aire llenará tus pulmones, los aromas te darán vibras positivas y la tierra te enraizará, te volverá a tu centro.
Además, la naturaleza y nosotros, somos uno mismo, recuerda que todos formamos parte de este Universo, así que aprovechemos todas las cosas buenas que nos da la Madre Tierra.
Ma. Elena Zenteno Tovar