La pandemia del coronavirus Covid-19 es un ejemplo claro de que hemos perdido la sincronía con la naturaleza (La naturaleza incluye a los seres humanos, además de la flora y la fauna). Las sincronicidades son acontecimientos favorables y armoniosos que suceden en alineación con el anhelo del corazón de cada persona. Si el estado interior, es uno caótico, lo que significa que hay enojo, miedo, inseguridad, entre otros estados negativos, entonces comunicamos al universo que no estamos bien e invitamos a los problemas. Nikolas Tesla, un gran inventor del siglo XIX, decía que somos energía, información y vibración. Por tanto, resonamos. Por ejemplo, si se tiene miedo psicológico, entonces nos sintonizamos con ello y se materializan situaciones que perpetúan nuestra aprensión: algún asalto, un despido en el trabajo, una enfermedad, etc.
El miedo colectivo que ha despertado el Covid-19, crea imágenes mentales de crisis y emociones exaltadas. Y nos evoca momentos históricos de la humanidad como la peste bubónica del siglo XIV, la viruela en México de 1520, la gripe española de 1918 a 1919, entre otras. Y nos hace reflexionar en la lección que debemos aprender como humanidad.
El golpe económico que este virus le está dando a la sociedad, nos está obligando a hacernos conscientes de que necesitamos aprender a fluir con la madre Tierra. Definitivamente, lo que necesitamos hacer es transformar nuestra consciencia.
La consciencia es saber quién es uno y porqué existe. Este universo que es de trece mil millones de años, está en cada uno de nosotros. Esto es parte esencial comprender para ir transformando la consciencia humana. Y trasformar, es pasar de una forma a otra, es querer saber ¿quién puedo ser? El universo siempre es evolutivo y todas las cosas que existen en él nos afectan.
Últimamente nos estamos volviendo consumidores compulsivos. La manera en que estamos explotando la tierra y consumiendo, nos convierte en avariciosos y de esta forma erosionamos al planeta, a nuestro cuerpo. Si incorporamos buenos hábitos físicos, mentales y energéticos, tenemos salud y la vida sucede con fluidez. Una de las cosas más simples para tener salud, es usar el cuerpo. Hacer ejercicio ayuda en un 80% para estar saludables. El cuerpo tiene todo para crear salud por sí mismo. Ingerir los alimentos adecuados, ayuda al buen funcionamiento del cuerpo en un 10%. Y el resto, es el resultado de nuestro descuido emocional a una situación que nunca se le prestó atención. Aquí enlisto brevemente algunos consejos para mantener la salud.
1) No comer alimentos enlatados. Rápidamente bajan los niveles en orina de bisfenol A.
2) También rebajar las comidas envasadas en plástico y ultra procesadas. En dos o tres días disminuyen los ftalatos que son un grupo de productos químicos industriales utilizados para la fabricación de plástico, para hacerlo más flexible o resistente. Lo mismo ocurre al eliminar ciertos cosméticos.
3) Pasarse a los alimentos orgánicos, tienen mayores niveles de Amstrong.
4) No meter plásticos ni en el microondas ni en el lavavajillas, porque a altas temperaturas se transforman de polímeros a monómeros que pasan a la comida y en último término al cuerpo.
5) Y ventilar 15 minutos al día para eliminar el polvo químico de alfombras y componentes electrónicos.
Entonces, ¿qué hemos descuidado como humanidad, para crear tal pandemia? Conocimiento y la consciencia de unidad. La individualización es una ilusión donde la egolatría reina. Todo está interrelacionado.
Una gran elección, es cuando decidimos vivir desde la consciencia de que todos somos uno. Si quieres guiarte bajo enseñanzas como éstas, valora tomar cursos de desarrollo personal en Casa Paz para ampliar tu consciencia del entorno presente, experimentar la vida de manera amorosa, con gratitud, sin estrés, mediante prácticas como la meditación que te lleva a la calma y sabiduría; y los talleres vivenciales que te despliegan enseñanzas milenarias. Nuestra visión es inspirarte a fomentar una consciencia del entorno con resultados tangibles y concretos para tu bienestar.