La navidad es una etapa del año al que consideramos como mágica ya que el ambiente que generamos nos transforma, mostrándonos más compasivos y generosos. Esta tradición conmemora el nacimiento del niño Jesús y es donde aprovechamos a reunirnos con la familia. Cada uno de nosotros deseamos bienestar a nuestros seres queridos. En ocasiones nos sentimos vulnerables cuando los vemos batallar ante los retos de la vida. Y deseamos lograr cualquier hazaña grandiosa para ayudarles.
En ocasiones, cuando a alguien le va muy bien, decimos qué suerte tiene y si lo tenemos cerca, hasta le sobamos el hombro para que nos pase algo de su buena vibra.
A este suceso le llamamos casualidad o coincidencia. Cuando esto es repetitivo decimos que la fortuna le sonríe. ¿Y qué diríamos, si esto sucediese todos los días?, ¿sería esto posible?
Cuando ocurre así, se dice que hemos entrado en una vida mágica de sincronicidades. La sincronicidad acontece cuando los esfuerzos y los recursos están respaldados por una inteligencia universal. Cuando hay gracia y bendiciones en nuestra vida. Las sincronicidades son acontecimientos favorables y armoniosos que suceden en alineación con la intención de las personas. Se siente como si este universo de movimiento aleatorio se estuviera organizando en patrones de respuesta, al anhelo del corazón de cada individuo, reuniendo a personas y situaciones hermosas para apoyarlo. Para ello, debe de haber por nuestra parte, cierto despertar de la conciencia de unidad. Ser una persona agradecida que da y recibe amor constantemente.
Todos buscamos experiencias en las que nos sintamos conectados entre nosotros, donde haya una gran alegría de estar juntos. Las fechas decembrinas, son una etapa en donde podemos sentir tal amor incondicional. Una experiencia donde puedes ser tú mismo. Una oportunidad de estar relajado, de sentirte amado. En Navidad, estamos más perceptivos ante los demás. Nos damos tiempo de conectar con los otros.
Y por tradición, el treinta y uno de diciembre, levantamos una copa y brindamos con nuestros seres queridos, el comienzo de un nuevo año. Puedes incluir en tus deseos una vida llena de sincronicidades y hacer el propósito de agradecer diariamente lo que la vida te da.
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Namasté