Cuando experimentamos circunstancias difíciles, viviendo constantemente decepciones nos estresamos y un poco de paz no nos caería mal. En este espacio de reflexión el tema es sobre la meditación.
¿Qué solemos hacer para tener paz en la vida? Si la tendencia es controlar la situación externa, cualquiera que ésta sea, la tarea es muy agotadora. La paz en una sensación interior de nuestro ser y por ende se empieza consigo mismo. Desde adentro, y no desde afuera.
Para crear un espacio en nuestro interior, podemos por ejemplo, practicar la meditación. Cerrar los ojos y enfocarnos en nuestros sentimientos y emociones, respirando profunda y lentamente. Meditar nos ayuda a tener una claridad mental que nos permiten controlar nuestra mente sin que nos afecten las circunstancias externas, porque el enfoque se concentra en el mundo interior. Generalmente en nuestra mente sostenemos creencias que nos lastiman, que nos hacen víctimas, que perturban nuestra paz con emociones como los celos, odios, envidias, miedos, vergüenzas, etc. Y ver hacia adentro, puede ser incómodo. Sin embargo, ver y sentirnos, es atender esas heridas. Y una vez atendidas se sanan.
En la medida que meditamos, se adquiere una estabilidad mental que nos permite estar en calma, en lugar de oscilar entre los extremos de la euforia y el desaliento. Y ese estado de quietud es una delicia de experiencia.
La paz es el estado natural de nuestra esencia. Y la esencia no está allá afuera. Es, por tanto, tarea de cada quien, ver hacia adentro, limpiar cargas emocionales, perdonar por los agravios y agradecer por la vida de lo mucho o poco que se tenga. Así que meditar no tiene nada que ver con una religión. Es un estado natural del Ser. Y cuando meditamos sentimos calma.
Bendiciones