Naturaleza Femenina

 

A veces la vida se pone tan complicada con los retos financieros, laborales, de salud y emocionales que deja poco tiempo para el desarrollo de la atención a lo que se ama y la sabiduría de ver los eventos con objetividad, con apertura, perdiendo perspectiva. Así mismo tendemos a no dedicar tiempo a la compasión, ni al asombro, ni a la gratitud. Y es este potencial humano constructivo que está implícito en la naturaleza del campo energético femenino.

Por ello, hoy en día se ha hecho cada vez más necesario reflexionar sobre el papel que juegan las mujeres para el cuidado de la especie. Nuestra naturaleza nos dota de características anatómicas y psicológicas que generan un comportamiento de cuidado y protección a los seres humanos a través de su desarrollo que se replica de generación en generación.

A los hombres se les ha enseñado que estos aspectos son un rasgo de debilidad y por ende no saben reaccionar adecuadamente a sus sentimientos. Por ello se hace importante para hombres y mujeres estar en contacto con la expresión afectiva, la empatía, el uso de palabras cariñosas, el contacto humano, la actitud pacífica, la ternura y la tendencia cooperativa. En la medida en que se ponen éstas en práctica, entonces se vuelven más presentes en la vida cotidiana generando así bienestar propio y ajeno.

En cuanto a la energía masculina, que se ha distinguido por las reacciones inmediatas, por un dinamismo acelerado, el impulso y el empleo de la fuerza física, se ha valorado sobremanera en los tiempos actuales a tal grado que la mujer se ha plegado a ellas para sobrevivir.

Por ello, valorar las características de la energía femenina equilibra el mundo y lo transforma en un espacio cómodo, alegre y amoroso. Al igual que la Tierra, la mujer es capaz de nutrir no sólo a su bebé, sino a cualquier proyecto que germina para que sea sólido, fuerte y viable. Las mujeres manifiestan esta energía creativa y amorosa; sin embargo, es importante mencionar que el hombre también tiene un aspecto femenino que cultivar en su interior para poder integrar ambas energías y ampliar la capacidad de comprender la vida.

Reconocer ambos aspectos, nos dota de poder personal porque puede cada quien accesar a los propios recursos, disminuir la atención hacia uno mismo y tomar conciencia de los otros. Cuando lo hacemos así, nos liberamos de las amarras de los límites impuestos por la cultura y recibimos mucha satisfacción por sostener una existencia más llevadera, amable y suave.