Celebración

 

 

Cada persona es un milagro de la naturaleza, y por ello vale la pena festejarlo. Pocas veces celebramos el tener vida. Por eso en este espacio el tema es sobre la celebración.

 

Cuando detenemos la rutina y generamos un tiempo para gozar nuestra coexistencia, le damos valor a los momentos de recreación, del encuentro, del diálogo, de la libertad y de la espontaneidad. Festejar nos permite experimentar la profundidad de la vida, sentirla como regalo y descubrir que vale la pena ser vivida.

 

Como personas, pasamos momentos significativos en las familias, en los grupos de amigos, en las comunidades, en la historia de los pueblos, entre otros eventos para festejar. Sin embargo, la verdadera celebración no está sujeta a ningún calendario. Celebrar no necesita ser una compensación de una rutina. La verdadera celebración emana de la vida propia, está en la vida de cada uno que eleva y dignifica.

 

Celebrar, es pues, disponer de un tiempo y de un espacio para que, a través de gestos, palabras y actitudes, un acontecimiento se haga realmente vital. Así, el reconocimiento de un ser querido, su cumpleaños, el reencuentro de amigos y mil otras celebraciones más, van alegrando y enriqueciendo el diario vivir.

 

Bendiciones

María Elena Zenteno Tovar

Coordinadora de Casa Paz